Síndrome clínico caracterizado por el desarrollo, usualmente en la infancia o niñez, de una candidiasis crónica a menudo diseminada en piel, uñas, o membranas mucosas. Puede ser secundaria a uno o más síndromes de inmunodeficiencia, heredados como rasgo autosómico recesivo, o asociados con defectos en la inmunidad mediada por las células, trastornos endocrinos, estomatitis dental o enfermedades malignas.